La ola de despidos en el Estado,
producto de la política de ajuste del gobierno de Mauricio Macri ha llegado a
nuestra ciudad.
Las primeras cesantías se dan en dependencias del Estado que tienen por objeto garantizar derechos de nuestra población, lejos de ser una casualidad, esta realidad desnuda el propósito de esta “tercer reforma del Estado”: quitarnos las conquistas, por las que tanto hemos luchado, y poner al Estado y al Pueblo de rodillas frente a las corporaciones.
El segundo rasgo común de
los despidos, es que se dan sobre la base de una profunda precarización laboral
de la cual son victimas los trabajadores estatales tanto a nivel nacional
provincial y municipal.
La política de despidos en el Estado, se suma (y legitima) a la del sector privado donde la precarización laboral también es moneda corriente y buscan en su conjunto disciplinar al movimiento obrero y ponerle un techo a los salarios que garantice ganancias extraordinarias para las empresas.
La política de despidos en el Estado, se suma (y legitima) a la del sector privado donde la precarización laboral también es moneda corriente y buscan en su conjunto disciplinar al movimiento obrero y ponerle un techo a los salarios que garantice ganancias extraordinarias para las empresas.
Este brutal ajuste no podría
darse sin la complicidad de los medios masivos de comunicación, los sindicatos
conducidos por la burocracia y la casta política que bajo la excusa de la
“gobernabilidad” dan vía libre al
gobierno Macrista.
Ante esta grave situación
desde el Movimiento 26 de Julio
consideramos que la convocatoria al Paro
Nacional, de la Asociación de Trabajadores del Estado, para el próximo 24 de Febrero, debe servir para
unificar las luchas y ponerle un freno al avance neoliberal, por lo tanto es
necesario garantizar la masividad de la convocatoria y el mas amplio marco de
unidad del campo popular.
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